jueves, 27 de marzo de 2008

durante

Así estuvimos reunidos antes de la fiesta y sin saber siquiera de la fiesta. Mientras llegabas y te veíamos llegar, recuerdo los cristales esparcidos, el mantel, un murmullo que algo tenía que ver conmigo. Mientras llegabas y te ví llegar, me estreché una mano con la otra y acaricié mis propios dedos con ansia, oí una risa sin más (una risa), y supe que mis ojos querían ser más redondos, más grandes y más verdes. Mis pechos se conformaron, el anillo giró en el dedo, aparté mi pelo y lo hice caer sobre el hombro desnudo que te llamaba ahogado, henchido de placer por la caricia. Mientras llegabas alguien se cayó y sentimos vegüenza todos, pero entonces sólo tú llegaste y yo no estaba allí. Mientras tú llegabas, yo florecía para mí, para mí.

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