jueves, 27 de marzo de 2008

ese pelo falso rubio es el terror

De vez en cuando vuelven a volar los pétalos aún maduros, los que aún no debían caerse y volar. Son rojos o pardos, tiene cada uno una raíz que abandona.
Oigo las voces de aquéllas que creen vivir; las oigo revolotear, reírse amargas y solas aun ilusas. Nos son ingenuas, las voces: son ásperas hormigas invasoras.
Una puerta se abre y se cierra tras de sí. Es la casa de la bruja en el entrecejo fruncido del niño y después en su almohada y también tal vez después. El sabor inconfundible del pasado, abrasador tiempo de la casa sola, ya sin nosotros allí viviendo. Una bisagra se confunde con el miedo a morir solos, ese pelo falso rubio es el terror.

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